El enfoque hacia el emprendimiento tiene como propósito la creación y desarrollo de nuevos proyectos o negocios con sentido innovador, que constituyan la base necesaria para que la plantación de nuevas iglesias locales sea autosostenible en el tiempo. Fomentando la toma de riesgos calculados, la creatividad y la visión para identificar oportunidades de mercado, resolver problemas y generar valor. Además, busca integrar los principios del evangelio con la creación y desarrollo de negocios, enfocándose en el impacto positivo de estos en la comunidad y el mundo. Este enfoque promueve el emprendimiento como una herramienta para servir a los demás, generando soluciones que atiendan las necesidades sociales, económicas y espirituales, sin perder de vista los valores cristianos de integridad, justicia y compasión. Los emprendedores cristianos son llamados a ser buenos mayordomos de los recursos que Dios les da, utilizando sus habilidades y talentos para honrar a Dios y bendecir a los demás, mientras construyen empresas que no solo busquen la rentabilidad, sino también el bienestar y la transformación de su entorno.