El enfoque en la formación de carácter, busca cultivar un carácter que refleje los valores y principios del Reino de Dios, transformando al plantador de iglesias en una persona de integridad, humildad, rectitud y efectivo. Este proceso está centrado en el crecimiento espiritual a través del estudio de la Biblia, la oración y la obediencia a la voluntad de Dios. La formación de carácter implica desarrollar cualidades como el amor, la paciencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y la templanza, con el fin de que el hijo de Dios sea un testimonio vivo de su fe en su vida diaria. Además, este enfoque enfatiza la importancia de la disciplina, el arrepentimiento y el perdón, guiando a los creyentes a vivir de manera coherente con los principios cristianos en todos los aspectos de su vida.